Leyendo esta novela podemos hablar de la fantasía que tenemos cuando somos chicos de estar en lugares míticos y extraordinarios, hechos tan verosímiles a tal punto de creerlos posibles o reales, y también ese deseo de curiosidad, que a los protagonistas de este relato los lleva a tener serios problemas. Léela, no te la pierdas (Agustín 2A)
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