No podía creerlo, esto no podía estar pasando,
yo no quería que las cosas sucedieran de esta manera, mi misión había sido
cumplida con éxito pero eso no me satisfacía en absoluto; me había encariñado
con este mundo y las personas extrañas que habitaban en él. Comenzaré a
narrarles esta historia desde el principio…En uno de los tantos días de
servicio a mi planeta, fui citado por mi jefe para la misión que me ascendería
a lo más alto en mi carrera medicinal, una misión tan peligrosa como astuta.
Había sido reportado en nuestro centro de comando un lugar fascinante al que
los humanos llamaban selva, estaba lleno de seres nunca antes vistos para
nosotros, dentro de él además encontraron plantas con propiedades medicinales
de las cuales necesitábamos.
Durante mi año de preparación
conseguí parecerme a ellos sometiéndome a tratamientos con nuestras mejores
tecnologías, aprendí sobre sus pensamientos y comportamientos; y aunque jamás
lo mencione, me parecía de lo más fascinante que ellos no supieran todo lo que
tenían en ese planeta. Llego aquel esperado día, mis acompañantes ya tenían
todo preparado para nuestra partida, en total seriamos 3 extraterrestres
completamente entrenados para sobrevivir en aquel lugar.
Con nuestra llegada nuestro primer
paso fue establecer contactos con superiores, ya que ellos sabían por lo que
veníamos, sin embargo no sabían de donde o hacia donde nos dirigíamos, nuestra
cita comenzó con grandes recibimientos y presentaciones, pero luego se
convirtió en una charla de lo más abrumadora.
-Quiero darles la bienvenida una vez
más a nuestros queridos invitados- comenzó el ministro- es un honor para
nosotros teneros por aquí.
-Gracias por tal recibimiento, no
era en absoluto necesario tanta molestia- comento mi acompañante.
-Apreciaría mucho que comenzáramos
con esta negociación, debido a que queremos descansar, ustedes comprenderán que
tuvimos un largo viaje desde Japón- comencé a decir, en realidad ya me sofocaba
tanta falsedad en sus palabras.
Así tratamos de convencerlos de
nuestras buenas intenciones y de los “estudios” que le haríamos a su selva,
pero no lo conseguimos, ellos deseaban dinero y no les preocupaba en lo más
absoluto su planeta y las vidas que ellos podrían salvar en el nuestro, aunque
ellos pensaran que veníamos a salvar también sus vidas. No nos quedo más
remedio que aceptar darles mucho dinero para recorrer esas muestras. Pero todo
salió mal una vez allí dentro, uno de mis acompañantes tenia ordenes de
incendiarlo todo una vez terminada la recolección, una orden de la que no estaba
al tanto, mi planeta no quería que los humanos supieran lo que tenían y lo que
podían conseguir con esas plantas.
Y aquí estoy ahora en una pelea
conmigo mismo, mis compañeros huyeron, pero yo no podía alejarme como si nada y
dejar a estos humanos así, a pesar de que a muchos no les importaba en
absoluto, estaba convencido de que otros querían su tierra, como yo quería a la
mía. Asique voy a ayudarlos, me uniré a los reclutas con los que entraremos en
unos minutos a salvar las vidas de aquellos animales y aquellas plantas tan
importantes, sin importar si muero en el intento.
Años después…
Pasaron 10 años desde que decidí
quedarme en la tierra, sé que los extraterrestre me espían constantemente pero
jamás les fui desleal, nunca mencioné nada sobre mi vida pasada. Luego del
incendio de la selva logramos rescatar gran parte de ella; fue la experiencia
que cambió mi vida ciento ochenta grados; hoy ayudo a millones de personas con
medicamentos que solo yo conozco, al menos en este planeta, conocí a buenas y
malas personas y me uní a muchos grupos de ayuda. Ahora tengo una nueva misión,
hacer ver a estas personas lo hermoso que es su planeta y lo mucho que deberían
cuidarlo, porque les da todo lo que necesitan para vivir, y llegará el día en
que todo desaparezca solo por unos pedazos de papel. Milagros Alfonso
( nos faltan dos relatos que ya subiremos)
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